Después de que en 2010 florecieran varias agrupaciones kirchneristas en la ciudad y ante el advenimiento de un año electoral en el que se define nada menos que el futuro del proyecto nacional, era necesario debatir qué es, cómo se compone y cuál es el objetivo del kirchnerismo bahiense.
Este debate se venía dando fuertemente a nivel nacional y en el ámbito local se empezaba a vislumbrar, por un lado con el reacomodamiento de agrupaciones que hubo en enero y por otro en los foros, como sololocal.
Era el debate lógico: ¿Cuál es el verdadero kirchnerismo, el ideológico o el pragmático? ¿Quién será el candidato de Cristina en Bahía? ¿Cómo se conjuga el posicionamiento local con el nacional? Sin embargo, justo en la semana en la que las juventudes eran protagonistas de una gran actividad política, militante y solidaria (la pintada de escuelas) la realpolitik explotó públicamente de la peor manera.
Una noticia policial que involucraba a militantes kirchneristas haciendo anti kirchnerismo, movió el tablero y dejó varias piezas bastante mal ubicadas.
Como agrupación estamos convencidos de que no hay otra forma de construir organización popular que estando todos adentro del proyecto, detrás de Cristina. Aceptando las contradicciones que traiga el proceso de transformación del país, entendiendo a la política como algo complejo y lleno de matices.
Por eso, ante los hechos que se hicieron públicos (la aprehensión de dos militantes acusadas de pintar el municipio, a quienes se encontró, luego de un llamado al 911, a una cuadra del lugar con los elementos de pintura), sostenemos nuestro repudio político a lo que pasó.
Y remarcamos que la nuestra es una posición política, porque creemos que el juzgamiento moral que surge del comunicado que firmamos, tampoco aporta a la construcción del kirchnerismo bahiense. Nunca condenamos ni condenaríamos públicamente una pintada política por ensuciar una pared; pero sabemos que está mal. No se puede defender lo indefendible en nombre de la libertad de expresión y de los que murieron por la revolución. Si hacemos eso para justificar errores personales, lo único que lograremos es vaciar de contenido nuestras banderas.
La represión policial es otra cosa, es lo que se vive en el conurbano y el Movimiento Evita está siempre en la primera fila para repudiarla, sea quien sea el gobierno. Lo que pasó el jueves fue la aprehensión de dos militantes por cometer una contravención que, a raíz de su difusión pública, se convirtió en una bola de nieve que le hizo y le sigue haciendo mucho mal al kirchnerismo bahiense. Hay que apagar un poco el Facebook y volver a poner los pies sobre la tierra.
Ni las chicas de la Cooke son delincuentes, ni son presas políticas perseguidas por el Estado represor “como pasaba en otras épocas donde ser joven era delito” (como diría el manual del setentismo); de la misma forma que tampoco los que escribieron el repudio son de la “Juventud Hitleriana” (como le gusta adjetivar a un compañero que se dice kirchnerista) Esa guerra de chicanas no sirve para construir nada.
Por nuestra parte, pedimos sinceras disculpa si el tono elevado del comunicado que firmamos hirió a alguna de las militantes implicadas. Nuestra intención fue tomar una posición política que favorezca al kirchnerismo local y no hacer una victimización moral y personal de las militantes.
Para lo que queda del año, tenemos que hacer el ejercicio todos de adjetivar menos y hacer más. Porque toda construcción política real implica marchas y contramarchas. Y un ejemplo de eso lo podemos encontrar en el hombre que más sabía de política en la Argentina: Néstor Kirchner.
Aprendamos de él para consolidar un proyecto nacional y popular de largo plazo en la Argentina.
JP Evita Bahía Blanca
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